martes, octubre 31, 2006

Un paciente informado


Hola a todos. Estoy en mi décimo día de la dieta y la verdad me va muy bien. Me siento físicamente funcional casi a un 100 por ciento y con el ánimo muy arriba.

Hoy en el gimnasio, uno de los instructores me contó que una persona con la que compartía un curso en el INAF pasó de ser una excelente deportista de bicicleta de montaña a andar con un bastón y moverse con mucha dificultad: Le habían detectado EA.

Es la tercera persona que "conozco" que tiene la enfermedad. De mi hermano ya les conté, una ex alumna tiene un amigo en muy malas condiciones por la espondilitis y ahora este caso. Espero poder conocerlos y compartir experiencias, consejos, etc. con estos últimos.

Hace un par de días leí un interesante artículo que hablaba sobre la importancia que ha tenido internet para tener a un paciente más informado y que no se quede a buenas y primera con lo que los médicos dicen. No se trata de creer todo lo que existe en la red, pero sería absurdo intentar tapar esta realidad.

Los que antes han leído mis comentarios, saben que no es mi afán atacar a la medicina, sino que cada uno de nosotros sea responsable con los diferentes problemas que se le presentan y no se quede sentado esperando que las cosas mejoren.

Cuando a mí me detectaron la enfermedad, yo ya tenía la certeza que la tenía tras encontrar tantas coincidencias de lo que leía y lo que sentía, tras sentirme orientado por el excelente doctor Shulz del Hospital Clínico de la Chile (no recuerdo su nombre de pila en este momento), que pese a su recargada agenda se hizo UN MINUTO para verme por urgencias, que con sólo mirar mi resonancia y radiografía me dijo que lo mío no era traumatológico. No puedo dejar de olvidar a los doctores Eugenín y Alemparte de la Clínica Santa María, que no fueron capaces de ver lo que me pasaba, pese a contar con los exámenes que me pidió, en el caso del primero, y la evidencia del dolor de un brote, en el caso del segundo.

Incluso este último me realizó una "maniobra" que pudo terminar siendo mucho más perjudicial para una lesión inflamatoria como la mía. Al final, me dio de malas ganas una licencia por cinco días... por un lumbago. Esa es la fe que médicos como él tienen en los pacientes. Actualmente me revisa el reumatólogo Javier Basualdo, también de la Santa María para que vean que no soy rencoroso, del cual no puedo tener mayores quejas ya que me ayudó a superar el primer brote en un par de días y todo va bien por ahora.... lo único es esa intención de solucionar todo con pastillas y más pastillas.

Por eso es fundamental informarse, no tener miedo de encontrarse con muchos datos que uno no entienda a la primera... y sobre todo acompañarse de gente que haya padecido lo mismo e intentar dar la pelea en la medida de lo posible en este largo camino.

¡FELIZ NOCHE DE BRUJAS!